Luis Cayetano Maldonado Medina

Luis Cayetano Maldonado Medina

A finales de la década de los años 1950, algunos representantes religiosos de Toluca detuvieron a Cayetano Maldonado contra su voluntad durante todo un día en la catedral principal. Estaban coléricos por los carteles que él tenía en su taxi anunciando lo siguiente: ¡Sea feliz! ¡Sea mormón! ¿Le gustaría saber más acerca de los mormones? ¡Pregúnteme! y lo amenazaron con hacerle daño a él y a su familia si no los retiraba. Cayetano y su familia consultaron al Señor que deben hacer y recibieron la impresión que no deberían quitar los letreros.

¡Sea feliz! ¡Sea mormón! ¿Le gustaría saber más acerca de los mormones? ¡Pregúnteme!

certificado de matrimonio

      Cayetano nació en 1913 en Jiquipilco, Estado de México donde vivió con sus padres hasta los seis años. Más tarde lo abandonaron, dejándolo al cuidado de su abuela materna. Nunca tuvo la oportunidad de ir a la escuela y se quedó analfabeto hasta los cuarenta y tres años de edad. Sin embargo, tenía una excelente ética de trabajo que le sirvió bien.

      Cuando era niño había un sueño que constantemente ocupaba la mente de Cayetano con relación a un pequeño terreno que su abuela había puesto a su disposición, por lo que a temprana edad empezó a trabajarlo y criar animales. Había ahorrado su dinero, planeado y regateado, y finalmente terminó con, al menos, los medios para comprar un animal de cría. En pocos años podía vender en el mercado, recibiendo un aumento considerable a sus ingresos como niño obrero y más tarde como joven jornalero. A los 16 años de edad pudo comprar un taxi y se mudó a Toluca de Lerdo donde se volvió un chofer respetable.

     A los 36 años (relativamente mayor para un primer matrimonio), Maldonado comenzó su vida matrimonial con Ciria Carbajal Mendosa, viuda y con seis hijos, los cuales aceptó como si fueran suyos y se los llevó a vivir con él. Posteriormente, la pareja tuvo dos hijos más. Bajo estas condiciones (exitoso hombre de negocios, casado, con hijos, un hogar cómodo, vida estable) los misioneros le mostraron el Libro de Mormón y le invitaron que lo leyera. Dado que él estaba muy ansioso por aprender más sobre el Salvador, quería saber el contenido del libro. Ayunó y oró, suplicó e imploró. Fue inútil, pues no sabía leer ni escribir. 

Aprende a leer mediante el Libro de Mormón

      Habiendo sido bendecido con una memoria prodigiosa capaz de asimilar, procesar, retener y además, lidiar con enormes cantidades de información, Cayetano había fingido toda su vida saber leer y escribir, pero ahora ya no podía continuar con la farsa. Los misioneros le enseñaron los sonidos fonéticos del alfabeto y cómo podía formar palabras con ellos. Cayetano estacionó su taxi, se aisló en su casa, luchó por largas horas y dormía poco. Finalmente pudo leer el Libro de Mormón. ¿Cuánto tiempo le tomó? ¡Lo hizo en una semana! Se bautizó el 1 de diciembre de 1956 con un fuerte testimonio del Libro de Mormón.

certificado

Servicio en la Iglesia y una vida ejemplar

      En Toluca, Cayetano sirvió como consejero en la presidencia de rama y, cuando la rama se convirtió en barrio en 1961, sirvió como consejero del nuevo obispo, Pedro Martínez Cid.

     Diecinueve años después de su matrimonio civil, Cayetano y Ciria viajaron en autobús a Mesa, Arizona, donde fueron sellados por la eternidad. Veinte años más tarde, en el nuevo templo de la Ciudad de México, Cayetano llegó a ser el primer obrero apartado para obrar allí. El presidente Harold Brown lo llamaba con cariño Cayetanito.

     Un total de cincuenta y ocho hijos, nietos, bisnietos y tataranietos han seguido los pasos de Cayetano y Ciria en el Evangelio. Para siempre, las generaciones después de Cayetano y Ciria tendrán la oportunidad de agradecerles sus vidas, sus enseñanzas y su ejemplo.