PÁGINAS LOCALES DE MÉXICO | LIAHONA ABRIL 2018

Plan de emergencia familiar


'... mas si estáis preparados, no temeréis'.

D y C 38:30

En los días en que la Iglesia fue restaurada el Señor habló a Su siervo Frederick G. Williams diciendo: “Y ahora te doy un mandamiento: Si quieres verte libre, has de poner tu propia casa en orden”1. Asimismo, exhortó al obispo Newel K. Whitney a que pusiera en orden a su familia y a que juntos procuraran ser “... más diligentes y atentos en el hogar...”2.

     Ese mandamiento y el consejo que dio el Salvador a aquellos hermanos sigue vigente, pues para mantenernos libres de la opresión que traen sobre los hogares y las familias las calamidades del mundo, debemos poner en orden todos los asuntos en nuestros hogares, atendiendo con diligencia a cada una de las necesidades temporales y espirituales de nuestras familias porque, como enseñó el presidente Spencer W. Kimball: “La responsabilidad del bienestar social, emocional, espiritual, físico o económico de toda persona cae, primeramente, sobre sí misma...”3.

     Ahora bien, uno de los aspectos que debemos considerar para tener nuestra casa en orden es obedecer la voz de los profetas en esta última dispensación, quienes nos han enseñado a prepararnos como familias para las emergencias, pues como nos explicó el presidente Gordon B. Hinckley: “Ninguno de nosotros sabe cuándo puede ocurrir una catástrofe. Las enfermedades, los accidentes y el desempleo pueden afectar a cualquiera de nosotros”4.

     Esta preparación requiere de todo nuestro esfuerzo, sacrificio y responsabilidad e incluye diversos elementos; el primero de ellos es el almacenamiento en el hogar. Respecto a esto el presidente Kimball dijo: “Alentamos a las familias a que tengan disponible el almacenamiento para un año y lo diremos una y otra vez...”5. Años después, con el fin de ayudarnos a ser obedientes en este aspecto, el presidente Hinckley enseñó: “Podemos comenzar modestamente. Empezar por almacenar alimentos para una semana e ir poco a poco aumentando a un mes y después a tres. Hablo de alimentos para cubrir las necesidades básicas. Como todos sabemos, ese consejo no es nuevo, pero temo que muchos piensen que el almacenamiento de alimentos para largo plazo esté tan fuera de su alcance, que no hagan ningún esfuerzo al respecto. Comiencen poco a poco...”6.

Familia viendo un álbum de fotos

    Otra de las maneras en las que debemos estar preparados es en la economía familiar, la cual incluye aspectos básicos como: el pago de diezmos y ofrendas, evitar las deudas, utilizar un presupuesto para los gastos familiares, ahorrar para tiempos difíciles y enseñar a los miembros de la familia principios de administración económica. El élder Dieter F. Uchtdorf, del quórum de los Doce Apóstoles, nos recuerda la importancia de estos principios: “Como los profetas nos han dicho por muchos años, los principios de bienestar de la Iglesia no son sólo buenas ideas; son verdades reveladas de Dios...”7.

    Además de prepararnos en estos principios de bienestar, también es necesario tener un plan de emergencia familiar para estar prevenidos en caso de que ocurra en nuestra localidad algún desastre natural. Para ello, debemos contar con una mochila de emergencia para 72 horas que incluya ropa, alimentos, agua, suministros de primeros auxilios, medicamentos y documentos importantes.

    Asimismo, es nuestro deber elaborar un plan familiar de protección civil, el cual considere lo siguiente: primero, debemos organizarnos como familia para que todos sepan qué deben hacer antes, durante y después de una situación de emergencia. 

    Segundo, es fundamental que revisemos el estado de nuestra vivienda (instalaciones de agua, luz, gas) y que hagamos los arreglos necesarios para asegurarnos de que nos brinde la mayor seguridad posible. También es importante detectar posibles peligros en nuestra localidad para evitar riesgos fuera de casa.

    Tercero, diseñemos rutas de evacuación elaborando un croquis en familia para ubicar los lugares más seguros en caso de emergencia. Cuarto, analicemos juntos cuáles son los peligros a los que estamos expuestos de acuerdo al lugar donde vivimos (inundaciones, ciclones, incendios, sismos, deslizamientos de tierra) para que de esa manera nos preparemos mejor. Y quinto, realicemos simulacros dos o tres veces al año, esto nos ayudará a poner en práctica la manera en la que debe actuar cada miembro de la familia ante una situación de emergencia.

    Pongamos manos a la obra y hagamos un plan de emergencia familiar considerando todos los aspectos que nos han enseñado los siervos del Señor, recordemos que la responsabilidad es individual. Prestemos atención a estas enseñanzas y seamos fieles en obedecerlas para que merezcamos la ayuda y cuidado del cielo, pues recordemos las palabras del Salvador cuando dijo: “Y si vosotros sois humildes y fieles, e invocáis mi nombre, he aquí, os daré la victoria”8.


Notas:

1. Doctrina y Convenios 93:43.

2. Doctrina y Convenios 93:50.

3. Spencer W. Kimball, Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia, pág. 129.

4 Gordon B. Hinckley, “A los hombres del sacerdocio”, Conferencia General, octubre 2002.

5 Spencer W. Kimbal, op. cit., pág. 131.

6. Gordon B. Hinckley, op. cit.

7. Dieter F. Uchtdorf, “El proveer conforme a la manera del Señor”, Conferencia General, 

octubre 2011.

8. Doctrina y Convenios 104:82.