¿Qué es una asamblea solemne y por qué lo hacemos?

Asamblea solemne de la Conferencia General 188

Una asamblea solemne, tal como el nombre lo indica, es una ocasión reverente, sagrada y seria en que los santos se reúnen bajo la dirección de la Primera Presidencia. Todos los miembros mayores de ocho años de edad participan en estas asambleas, las cuáles tienen por lo general,  tres propósitos especiales:

  1. Sostener a las autoridades generales de la Iglesia. Poco después de la muerte de un presidente de la iglesia, los miembros celebran una asamblea solemne para aprobar y sostener al profeta recién ordenado y sus consejeros. 
  2. Dedicar templos. Los miembros dignos de la Iglesia asisten a servicios de dedicación que se llevan a cabo en los templos y en otras instalaciones cercanas. 
  3. Instruir y alentar a los miembros de la Iglesia en sus responsabilidades. Este tipo de asambleas solemnes se lleva a cabo en las conferencias generales, en los templos, o en centros de estaca.

De igual forma, se pueden convocar asambleas solemnes por otros motivos. 

En Doctrina y Convenios podemos encontrar varias referencias en las cuáles Dios pidió  a los miembros de la Iglesia que “convoquen asambleas solemnes” (DyC 133:6). Estas reuniones se llevan a cabo, en parte, para seguir las enseñanzas de que “todas las cosas se harán de común acuerdo en la Iglesia, con mucha oración y fe” (DyC 26:2). 

El mandamiento de convocar asambleas solemnes se cumple hoy tal como en los días antiguos, por ejemplo, cuando Moisés “le contó a la gente todas las palabras del Señor” y “el pueblo respondió con una sola voz” (Éxodo 24:3).