El 25 de junio de 1989 más de 2,500 miembros de la iglesia se reunieron para presenciar la creación de la estaca Tecalco, situada al sur de la Ciudad de Mexico. Entre los asistentes se encontraba Fidencia García Marín de 106 años. La hermana García había esperado este momento por casi 90 años, cuando pudiera ver el establecimiento de una estaca en el lugar donde sirvió fielmente para que se fortaleciera y progresara el evangelio.
Fidencia García falleció un mes y medio después de dicho acontecimiento, Felipe Hernández Luis presidente de la estaca Tecalco de ese entonces, dijo, que los presentes en el funeral estaban viviendo otro momento histórico: “La muerte de una pionera mormona mexicana.”
Fidencia García asistió a las reuniones de la Iglesia entre 1889 y 1901, cuando se cerró la Misión Mexicana. En 1901, después de volverse a abrir la misión, el presidente Ammon A. Tenney fue a Tecalco con el fin de restablecer la rama; y un mes después del restablecimiento de la rama, la hermana García, sus padres y sus abuelos se bautizaron.
Desde ese entonces, dedicó su vida entera a servir en la Iglesia. La familia García construyó una habitación extra para los misioneros que llegaban a Tecalco para partir a otras localidades a predicar el evangelio. La hermana García apoyaba a los misioneros limpiándoles sus habitaciones, lavándoles la ropa y cocinando para ellos, además, junto con otros miembros trabajó arduamente para colaborar en la compra de un terreno a fin de construir una casa de oración en Tecalco.
Durante el tiempo que estuvo trabajando en la casa de la misión, los misioneros provenientes de los Estados Unidos le enseñaron a cantar himnos en español y en inglés, gracias a lo cual, años después, la hermana García se integró al histórico Coro de Tecalco, en el cual canto hasta unos pocos años antes de morir.
En 1936, un grupo de miembros conocidos como la Tercera Convención se apartaron del resto de los santos mexicanos. No obstante, para 1942, Arwell L. Pierce, quien acababa de ser llamado como presidente de la Misión Mexicana, comenzó a solucionar los malentendidos y en 1946, el presidente George Albert Smith, octavo presidente de la Iglesia, presidió en una conferencia efectuada para reunificar la Iglesia en Mexico, luego de la cual volvieron a la Iglesia más de 1,200 personas. La hermana García estuvo presente en ese momento histórico y el presidente George Albert Smith visitó su hogar en Tecalco.
En febrero de 1978 La hermana Fidencia recibió un reconocimiento especial de las lideres de la Sociedad de Socorro y de la misión, por haber sido maestra visitante durante 40 años consecutivos y haber realizado el cien por ciento de sus visitas de ministración como maestra visitante.
Para sus descendientes, el don más preciado que recibieron de su “abuelita Fidencia” fue el Evangelio de Jesucristo; a todos los miembros de la iglesia en México nos dejó muchos años de humilde servicio y un legado que se extendió por casi un siglo para poder ver el florecimiento de la Iglesia en el país.