Ser padre es una de las responsabilidades más sagradas y hermosas.

¿Tú crees en Dios? ¿Él nos escucha? 

El amor de Jesucristo no depende de nuestra perfección.
Su gracia y misericordia nos envuelven incluso en nuestros momentos más difíciles.
No importa cuántas veces hayamos fallado, siempre hay un camino de regreso a Él.